Viajé a cubrir muchos partidos al estadio “Madre de Ciudades”: Boca-Talleres, River-Colón, a la Selección nacional... Todos duelos con mucha convocatoria y nunca había pasado nada en Santiago del Estero. Está claro que esta vez había algo raro, porque la bronca se percibía en el ambiente. Por eso tengo una mezcla rara de sensaciones, entre consternación y rabia. Siendo un trabajador, que te violenten de esta manera es demasiado.
Igualmente, más allá de la violencia física a la que estamos casi acostumbrados porque parece que incomoda la cámara y que incomoda documentar, me quedé con una sensación de fragilidad ante una Policía que amenazaba con hacerme desaparecer. Esta vez pasaron un límite, sobre todo cuando nosotros en todo momento nos identificamos mostrando documentos y credenciales.
Pasó de todo en el partido de Atlético Tucumán: la seguridad nunca estuvo garantizadaA los policías les molestó que haya sacado una foto en la que se ve claramente que le pegan a una persona que está en el piso.
Sentí mucha vulnerabilidad y llego a replantearme si estoy haciendo lo correcto; si debo exponerme de esta manera. Pero finalmente creo que debo seguir así; con la cámara bien arriba, en alto. Esto debe servir para indicarnos que ni el miedo ni la represión deben frenarnos, porque nuestra misión es contar lo que pasa; incluso cuando algunos pretendan que eso no se vea.